El abogado experto en Derecho Tributario, Luciano Gamarra, nos comenta sobre los errores más frecuentes que cometen las empresas en la administración de sus impuestos.
 

Consideraciones generales

 
Si no conoces cómo cumplir con tus obligaciones tributarias, evita equivocarte al realizar tus declaraciones juradas. Trabajar de forma independiente o tener un negocio propio implica tomar en cuenta dos circunstancias fundamentales: tendrás libertad para manejar tus horarios, pero además, deberás cumplir con tus obligaciones tributarias.
En este proceso, evita equivocarte al realizar tus declaraciones e incurrir en multas, intereses e inclusive el cierre de tu negocio. Por ello, es importante que tomes en cuenta los siguientes errores más frecuentes de los contribuyentes en la administración de sus impuestos:
 

1. No facilitar todos los documentos al contador

 
No entregar todos los documentos (contratos, facturas, reportes, vouchers de pago, cartas, memorándums, informes, entre otros) de soporte de transacciones económicas al área contable de forma oportuna podría generar que estos dejen de ser contabilizados. Ante esto, se generaría una omisión, la cual provocaría un error en el establecimiento de la utilidad o de los ingresos del negocio.

Asimismo, en caso el contador no cuente con los documentos de forma oportuna, podría conllevarnos a pagar un impuesto en exceso al perder la oportunidad de reconocer gastos, costos o créditos fiscales.

Por ejemplo, si el contador no cuenta con las facturas de los servicios públicos como luz, agua o teléfono antes de la presentación de la declaración jurada del Impuesto a la Renta el ejercicio, estos podrían ser observados por Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT).
 

2. Evitar estimar contingencias contractuales, laborales y administrativas, entre otras

 
Las demandas laborales de terceros, o reclamos administrativos, penalidades contractuales, morosidades, entre otras, suelen ser comunes en algunas empresas. Por ello, es importante llevar un control interno adecuado para identificar estas contingencias y remitir la información de forma oportuna al área contable. Exponerse de forma excesiva a contingencias puede tener un impacto en la utilidad del negocio.

Estimar contingencias o riesgos del negocio pueden tener un trasfondo fiscal importante que puede devenir en el registro de reservas o provisiones que pueden ser tomadas como escudos fiscales importantes para rebajar tus impuestos.

Por ejemplo, si no hay un buen control de los contratos con clientes y de sus cobros, podría perderse la oportunidad de registrar provisiones de cobranza dudosa y, dependiendo del caso, evitar un ahorro de impuestos importante.
 

3. Contratar a un contador que no esté actualizado

 
Las normas tributarias varían y se actualizan de forma constante, por lo que es importante que el responsable de la contabilidad esté pendiente de estos cambios, ya que, para llevar una buena contabilidad, la información es clave y fundamental.

Un punto importante en el conocimiento básico de las normas tributarias (y contables) puede conllevar a que reconozcas los ingresos antes de tiempo y, por tanto, pagar tus impuestos cuando no debes.

Por ejemplo, muchas empresas consideran el criterio de lo “facturado” para reconocer el pago del IGV e Impuesto a la Renta. Sin embargo, desconocen que existen casos en dónde a pesar de haber emitido la factura, no hay necesidad de pagar Impuesto a la Renta (i.e. adelantos y conceptos diferidos).

Del mismo modo, para efectos del IGV, no siempre es necesario emitir la factura para tener la obligación de abonarlo. La obligación del IGV podría incluso reconocerse antes de emitir la factura en ciertos casos.
 

4. No tomar en cuenta aspectos tributarios al financiarse con un banco

 
El financiamiento bancario, que implica el pago de intereses, es uno de los medios más comunes por el que las empresas adquieren activos fijos. Sin embargo, este puede tener un reconocimiento distinto para fines tributarios y contables. Para efectos contables, normalmente debe activarse el interés, mientras que para fines tributarios debe ir directamente como gasto. Esta situación tiene un impacto significativo en los Balances de la empresa.

Otro error suele ser cometido cuando se toman financiamientos, ya que las empresas suelen tomar deuda por montos que superan en 3 veces su patrimonio neto (capital de la empresa neto de las perdidas o ganancias acumuladas y reserva legal). Si el endeudamiento excede de este monto máximo, los intereses no serán deducibles y SUNAT los observará.

Por ejemplo, en el caso de los financiamientos Reactiva, muchas empresas con patrimonio bajo (S/1,000) o incluso negativo (i.e. cuando las pérdidas acumuladas superan el capital de la empresa) no han tomado en cuenta que todos o la mayor parte de los intereses que pagarán al Banco no serán aceptados por SUNAT. Ello implica que, por cada sol pagado de intereses, deberán pagar un 29.5% de impuestos.

 

5. Deducir gastos que no corresponden a la actividad económica de la empresa

 
De acuerdo con la Ley, los gastos que no son deducibles son los gastos personales, de sustento del contribuyente y sus familiares. Por ello, es importante conocer que sólo se pueden deducir los gastos que sean estrictamente necesarios para realizar la actividad del negocio o empresa.

Muchos empresarios suelen combinar sus gastos personales con los de la empresa (i.e. membresías, electrodomésticos, víveres, ropa, gasolina, hoteles, comida, restaurantes, pensión de los hijos, entre otros) sin percatarse que podrían estar sujetos no solo a que SUNAT les objete estos gastos (y desconozca el IGV en caso que hayan pedido factura), sino a una sobretasa del 5% que haría que el Impuesto a la Renta de la empresa suba de 29.5% a 34.5%.

En estos tiempos convulsionados, lo importante para un empresario es cuidar la caja y dormir tranquilo.


 
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